Visitar Elephants World en Kanchanaburi era uno de los puntos fuertes del viaje, tanto Magec como para nosotros.
Si repasan la última entrada verán que la dejamos con Magec KO por el calor, y así siguió por la noche, lo único que no era por el calor ambiente, sino por el corporal.
Llegó el momento que uno nunca desea que llegue de viaje, menos en un destino donde uno tiene problemas para comunicarse y además te coge relativamente lejos de las grandes ciudades, que es donde en principio se tienen todas las garantías sanitarias deseables (aunque seguramente en Kanchanaburi uno pueda estar tranquilo) y donde con toda certeza nos mandaría el seguro que teníamos contratado.
Teníamos a Magec con fiebre a 38,5°C y como decimos entre amigos, más chungo que chachi.
Dentro de lo malo de la situación tenemos la suerte de que con Magec se puede hablar bastante claro y entiende bien las cosas.
Así que por la mañana le explicamos el porque se encontraba mal y le dijimos que no íbamos a ir a lo de los elefantes, que tenía fiebre y que le teníamos que dar algo de medicina y tenia que descansar para que se encontrase mejor.
Y lo que es la motivación, lo de los elefantes era su regalo de cumpleaños, ya que en dos días cumplía 4 años. La medicina (apiretal) que siempre es una batalla dársela él mismo se lo tomó solo y después de darnos una ducha nos dijo que ya se encontraba mejor y que porfi quería ir a los elefantes. Le tomamos la temperatura y como la tenia por debajo de 37°C a los elefantes que nos fuimos.
Y aquí ya mucho más animado |
Toda una experiencia alucinante para un niño. Y para los adultos también, todo ahí que decirlo.
Aquí unas fotos.
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