Visitar los castillos de Portugal durante un roadtrip por su geografía puede convertirse en un trabajo intenso. Tan solo hace falta echar un vistazo hacia el pasado y ver todas las batallas y disputas habidas en territorio portugués, desde los tiempos de la reconquista en el siglo XII hasta la invasión del país por parte de Napoleón Bonaparte en los inicios del siglo XIX, para entender la importancia y la gran cantidad de castillos que hay en Portugal.
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No hace falta ser excesivamente creativo para convertir castillos y niños en una combinación perfecta. Para los adultos son visitas recurrentes y viajando con niños adquieren un matiz mucho más divertido.
¿A quién no le gusta tocar, recrear o reinventar la historia sobre un escenario real?
Durante nuestro paso por Portugal hemos tenido la oportunidad de saciar nuestra sed de castillos para una buena temporada. Os dejamos aquí con los más representativos de los que vimos.
Castillo de Castro Marim
Fue mandado a construir por el rey Alfonso III en el siglo XIII y considerado desde el año 1920 como Monumento Nacional de Portugal.
El castillo se sitúa en el punto más alto de la Villa de Castro Marin y dentro de sus murallas, aparte de algunos edificios de la antigua villa, se puede observar otro castillo aún más antiguo, el denominado castillo viejo, de construcción musulmana.
En el interior del castillo viejo se encuentra un pequeño museo arqueológico con diversos tipos de piezas que abarcan los tiempos de fenicios, romanos, cartagineses, árabes … un salto en el tiempo indicativo de que nos hallamos ante una de las villas con más historia de Portugal.




Tres emplazamientos defensivos para esta pequeña villa que son un signo evidente de la importancia para la defensa del sur de Portugal que tuvo es su día.
Castro Marim es un lugar muy próximo a la frontera con España y conectado directamente a través de una red de canales con el río Guadiana lo que seguro fue el detonante de muchas batallas en su territorio.
Este pasado lleno de batallas ha forzado el carácter de su pueblo, tanto que paseando por sus calles uno descubre una curiosa historia, durante todo el siglo XIX el gobierno central portugués disolvió el municipio de Castro Marin hasta en cuatro ocasiones con idea de repartir su territorio entre los municipios cercanos. La fuerte oposición de la población cada vez que esto ocurría les permitía volver a recuperar su estatus de municipio y ya desde la última vez tienen el compromiso por parte del gobierno de respetar su identidad.
La visita al castillo de Castro Marim es perfectamente combinable con un día de playa, por ejemplo en Cacela Velha, considerada como una de las mejores playas del Algarve.
Castillo de Alcotium


Castillo de Loulé
Es uno de los castillos más importantes de la región de Faro.
Reconstruido durante el siglo XIII se asienta sobre una construcción previa de origen árabe. A día de hoy alberga un museo de arqueología desde el cual se pueden ver parte de estas ruinas, junto a otros elementos provenientes muchos de ellos de la edad de bronce. En las dependencias superiores hay una hemeroteca con un fondo fotográfico que refleja escenas cotidianas de la sociedad de Loulé de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.



Visitar el patio de armas del castillo de Loulé es gratuito, pero si queremos acceder a la torre y pasear por sus murallas habrá que pagar una pequeña entrada, inferior a dos euros/adulto (niños gratis).
Castillo de Sines
El castillo de Sines, del siglo XV, es el monumento más importante de esta ciudad de Portugal. Gran parte de su importancia radica en que en el interior de sus murallas nació el gran explorar portugués Vasco de Gama.
De hecho, a día de hoy, el eje central de la visita al castillo es poder acceder a la casa museo de Vasco de Gama que se encuentra en su interior.
Bueno, salvo que hagáis como nosotros y lleguéis a Sines en la última semana de Julio, cuando se celebra el Festival de Músicas del Mundo de Sines, donde os encontraréis un escenario dentro del castillo y varios conciertos a lo largo de la tarde de lo más entretenidos. Un gran acierto hacer coincidir la visita a Sines con su festival de música.


La visita a Sines y su castillo puede servir para desconectar un poco después de visitar las playas del Alentejo.
Castillo de San Jorge en Lisboa
El Castillo de San Jorge es una de las visitas obligadas en Lisboa.
Situado en lo alto del barrio de Alfama, es fácilmente accesible a pie desde el barrio de Baixa, aunque las inclinadas calles que nos llevan hasta él invitan más a coger alguno de los transportes públicos que nos acercarán sin realizar ningún esfuerzo.


El mítico y turístico tranvía 28 nos dejará apenas a 200 metros de su puerta, pero si todavía queremos ahorrarnos unos metros caminando podemos coger la línea 37 de autobús, minibus en este caso, que te dejará a escasos metros de la entrada.
El complejo del castillo es bastante grande. Se pueden visitar sus patios, jardines, torres y hacer algunos de los caminos de ronda que las conectan, cuidado aquí con los peques porque la altura en algunos tramos es considerable y las protecciones nulas.
En sus jardines una de las cosas que más llaman la atención es la colonia de pavos reales que hay instalada, sorprenderán por la gran cantidad y por la facilidad con la que se pasean por los árboles de la zona.
Pero sin duda alguna lo mejor, y por lo que visitan la mayoría de turistas el castillo de San Jorge, son sus vistas. Posiblemente ofrezca desde sus murallas las mejores panorámicas a varios puntos de la ciudad.

Si bien en los anteriores castillos el precio de la entrada es simbólico o gratuito, para entrar a este castillo nos va a tocar “rascarnos” el bolsillo. Su acceso no está incluido en la Lisbon Card, que os recomendamos que compréis para aprovechar al máximo la visita de la ciudad.
El precio de la entrada es de 8.50 eur/persona y los niños hasta 10 años entran de manera gratuita, con la Lisbon Card el precio se queda en 7.00 eur/persona.
Castillo de los Moros. Parque Nacional de Pena – Sintra
El castillo de los Moros situado en uno de los altos de la Sierra de Sintra es una visita ideal para combinar en el día con las dos visitas más importantes de la zona, que serían en Palacio Nacional de Sintra y el Palacio del Parque Nacional de Pena.
Como su nombre indica es un castillo de origen árabe, construido durante los siglos VIII-IX, que sirvió como defensa y control de la zona hasta la época de la reconquista en el siglo XII, donde finalmente fue abandonado por las tropas cristianas.
Abandonado se quedó hasta el siglo XIX y fue a partir del siglo XX que se reconstruyó para irlo integrando en el Parque Nacional, convirtiéndolo en la atracción turística que es a día de hoy.
La visita a sus murallas y caminos de ronda nos permite tener unas excelentes vistas de toda la sierra de Sintra e incluso del océano atlántico.

Castillo de Óbidos
El Castillo de Óbidos, junto al castillo de Guimaraes, forma parte de las siete maravillas de Portugal, así que se puede considerar una de las visitas imprescindibles de la zona.
Situado a 85 kilómetros al norte de Lisboa no encontramos con la pequeña y encantadora Villa de Óbidos, que ya de por si es un lugar bastante encantador para ir a pasar el día. Una vez cruzas las murallas de la ciudadela te encuentras ante un entramado de callejuelas que le dan al lugar un encanto especial.

Paseando por sus calles rápidamente nos llamará la atención la gran cantidad de puestitos donde nos ofrecerán unos chupitos de licor en vaso de chocolate, son de Ginga, un licor de cerezas en aguardiente que se ha convertido en una de las bebidas más populares de Portugal.
Si visitamos el castillo de Óbidos desde mediados de Julio a principios de Agosto, hay que aprovechar e ir de jueves a domingo ya que se celebran jornadas medievales, un evento que sin duda alguna hará que nuestra visita sea totalmente diferente.
Nosotros llegamos un miércoles por la tarde a Óbidos y cuando vimos que al día siguiente se celebraban las jornadas medievales no dudamos ni en segundo en hacer noche para vivir el evento en directo y pasar al día siguiente una de las jornadas más divertidas de todo nuestro viaje.
Mercadillo medieval, pasacalles, obras de teatro, espectáculos de magia y malabares y, como no, las justas de caballeros, que se convierten en el acto estrella de toda la jornada.



Castillo de Porto de Mos
Un pequeño castillo que visitamos camino al Parque Natural de la Sierra de Aire y Cadereeiros, donde teníamos intención de visitar la famosa gruta de Mira do Aire. No teníamos previsto acercarnos a verlo pero es difícil resistirse a su llamada.
Como muchos de los castillos mencionados es de origen árabe y luego reconquistado durante el siglo XII. Diversas reformas y ampliaciones le han dado su aspecto actual, donde destaca por encima de todo -fue lo que nos llamó la atención- sus torres finalizadas con unas llamativas tejas verdes. Le dan un toque diferente a todos los castillos de Portugal visitados.



Castillo de Tomar
El castillo de Tomar o castillo de los Templarios. En esta zona hay unos cuantos castillos pertenecientes a la Orden del Temple y el de Tomar es uno de los mejores exponentes de este tipo de construcciones defensivas.


No obstante, la gran importancia de este castillo la hayamos al cruzar sus puertas, ya que su interior alberga el Convento de Cristo, un espectacular edificio que, gracias a que su construcción se alargó en el tiempo durante varios siglos, combina diferentes artes arquitectónicas y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1983.

Castillo de Almourol
Este castillo es uno de los más representativos de la Orden del Temple y junto al castillo de Tomar fueron piezas fundamentales de la línea de defensa del río Tajo. Su ubicación en lo alto de una pequeña isla escarpada situado en medio del cauce del río lo convierten en uno de los castillos más curiosos de todo Portugal.


Para acceder al castillo, aunque se puede hacer a pie en determinados momentos del día saltando de piedra en piedra, lo ideal es coger una embarcación en un pequeño muelle habilitado para las visitas que en menos de un minuto nos dejará en la isla. Accedas a pie o en embarcación la visita al castillo de Almourol resulta de lo más curiosa.

Esta ha sido nuestra selección de los castillos visitados, pero son muchos más los que nos dejamos atrás y que sin duda serian tan buena elección como esta misma.
Portugal tiene toda la geografía salpicada de castillos, que son un claro exponente del pasado batallador que han vivido nuestros vecinos, y que nos permitirán durante sus visitas transportarnos a otra épocas donde imperaba la ley del más fuerte. Épocas que por fortuna, aunque aveces nos surjan algunas dudas, ya quedaron atrás.
Muy buenas recomendaciones. De todos Óbidos el más espectacular. Pero yo no me olvidaría de un castillo escondido cerca de Cáceres y que descubrimos este invierno de casualidad. El castillo de Marvão. Creo que aún es más espectacular que Óbidos: el pueblo también está completamente amurallada y respira medievo por cada esquina… pero la ubicación en lo alto de un cerro, con unas vistas increibles de la frontera al sur del Tajo lo hacen ser mejor que Óbidos. Un saludo.
No la apuntamos para la próxima, porque acabamos de ver unas fotos y tiene una pinta increíble. Muchas gracias por la recomendación.