Dicen que un viaje se vive tres veces, una cuando lo planificas, otra cuando lo vives y por último cuando lo recuerdas y compartes.
Quizás por eso nos ha costado tanto escribir esta última entrada ya que con ella damos por concluido nuestro relato de nuestro viaje a Tailandia.
Puede ser que halla algún articulo más en plan resumen práctico de transportes y/o alojamientos, pero lo que es revivir la experiencia del viaje aquí lo damos por finalizado esperando les haya gustado.
Bangkok.
Una buena forma de programar el final de un viaje a Tailandia es haciendo que los últimos días coincidan en fin de semana y el motivo no es otro que Chatuchak.
¿Y que es Chatuchak?
Chatuchak es el mercado más grande de Tailandia, y se dice que el segundo mercado más grande del mundo. Este último dato es difícil de corroborar, pero vamos, que esta entre los más grandes del mundo no cabe duda.
Pero antes de meternos en materia, empecemos por el principio … Cómo explicamos en el último post nuestra llegada a Bangkok desde el sur no fue todo lo agradable que teníamos programada.
Nuestra idea era llegar el sábado a primera hora, descansar un poco y por la tarde ver algún templo cercano a la zona de Khao San Road tipo Wat Arun o Wat Po, domingo Chatuchak para hacer todas esas compras que uno siempre tiene en mente cuando viaja a Tailandia y que nosotros dejamos para el final del viaje y así poder viajar ligeros de equipaje, lunes intensivo de templos y ya martes últimos detalles y volar de vuelta a casa.
El retraso de cinco horas que sufrimos en el tren nos dejó machacados así que el sábado desapareció de nuestro calendario y tuvimos que apretar un poco el programa de los últimos días.
Y ahora ya podemos volver donde lo habíamos dejado… Domingo, Chatuchak.
El mercado más grande de Tailandia. Solo abre los sábados y domingos de 09.00 a 18.00 horas. Tiene alrededor de 10.000 – 12.000 puestos montados y lo visitan cerca de 200.000 personas al día.
Con estos datos uno se puede hacer a la idea de las dimensiones del lugar. Para llegar hasta allí las opciones más recomendadas por Internet son el metro hasta Chatuchak Park o el skytrain hasta Mo Chit, pero si uno se encuentra en la zona de Rambuttri o Khao San una opción perfectamente válida es coger el bus desde Samsen Road, pero ojo, no a la altura de Rambuttri, hay que subir dirección Rama VIII Road y cogerlo después del puente del primer klong (canal) cuando la calle se transforma en una vía de dos sentidos.
Las líneas 3 y 524 nos dejaran en la puerta del mercado.
El mejor consejo que se puede ofrecer es que si veis algo que os guste comprarlo, no lo dudéis. Puede ser que más adelante encuentren el mismo artículo o puede ser que no, pero lo que es altamente improbable es que después de caminar un rato puedan volver a dar con la misma tienda en la que vieron el artículo la primera vez. Es más, muchas veces tendrán la sensación de que ya han pasado por alguno de los innumerables pasillos alguna vez pero es algo que nunca les quedará claro del todo.
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Paseando por Chatuchak |
El mercado se divide en 27 secciones o calles y cada sección en unos cuantos pasillos. Sobretodo abunda el textil y los objetos de decoración, aunque también hay una parte importante dedicada al arte, antigüedades y muebles. La restauración también tiene una presencia importante y hay varios puestos donde poder tomar un pequeño descanso y reponer energía. Otras cosas que podemos encontrar son tiendas de animales y sus complementos y también productos frescos, vegetales y frutas principalmente. Y un complemento ideal para una maratoniana jornada de compras son las diferentes zonas de masajes, vuestros pies os lo agradecerán.
Si durante la jornada de compras os apetece un momento de desconexión total de tanto trasiego de gente fuera del recinto del mercado se encuentra el parque de Chatuchak, un pequeño pulmón verde donde relajarse y coger un poco de aire fresco paseando alrededor del pequeño lago que hay en él. Ahí estuvimos un buen rato con Magec jugando en la zona de juegos infantiles que hay y luego buscando por el lago a ver si veíamos algún varano de los que seguro ahí.
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Cogiendo aire en el parque |
Nosotros pasamos prácticamente todo el domingo allí. Aunque realmente al final tampoco compramos gran cosa. El día a uno se le va rápido entre tienda y tienda y el obligado par de respiros que uno se ha de tomar para abarcarlo todo con un mínimo de energía.
Lunes, templos.
El lunes fue otro de esos días en los que las cosas no salen como uno lo tenía previsto. Nuestra idea era hacer un pequeño tour por cuatro o cinco templos por la mañana en tuk tuk, volver a almorzar a Rambuttri y por la tarde visitar el Wat Po y el Wat Arun, el Palacio Real lo queríamos dejar para el último día y solo si nos levantábamos muy motivados ya que el gentío que siempre hay en él nos tiraba un poco para atrás.
Cómo la jornada venia intensa nos levantamos bien prontito y a negociar con los tuk tuk, la negociación con los tuktukeros es todo un arte y una prueba de paciencia.
Empezaron pidiéndonos 2000 baths … por ese precio y hasta por menos puedes contratar esa excursión guiada en algunas de las agencias de Khao San.
Seguimos con la negociación y descartamos a un par que se plantaban y no bajaban más y su precio no nos convencía.
Para añadirle un poco más a nuestro favor en la negociación empezamos a incluir la posibilidad de visitar alguna tienda.
Para el que no lo sepa, las tiendas ofrecen a los tuktukeros unos tickets de gasolina por llevarles turistas, independientemente de que compren o no.
De hecho, uno de los timos más recurrentes de los tuktukeros (aunque a nosotros no nos parece tal) es ofrecer una excursión por Bangkok para ver templos a precios de risa, la hemos visto hasta por 40 baths, y si aceptas lo que hacen es tenerte toda la mañana de tiendas y llevarte a algún templo que les pille de paso.
Esta claro que es un pequeño engaño, y que si uno tiene pocos días para visitar Bangkok puede llegar a molestar perder una mañana entera, pero conociendo de que va la jugada y tomándoselo con buen humor no es mala opción para pasar una mañana de risas.
Así lo hicimos nuestra primera vez en Tailandia y fue una mañana diferente pero a la vez bastante amena.
Bueno, a lo que íbamos, al final el precio acordado fue de 300 baths y dos tiendas. Se puede rebajar un poco más pero tampoco hay que abusar.
Fuimos al primer templo, el Wat Idravirham o el templo del Gran Buda, donde destaca una figura de Buda de pie de 32 metros de altura. Un templo normalito de entre los muchos que hay en la ciudad pero que esta bastante bien como para empezar a calentar motores en una jornada intensamente cultural.
De ahí nos llevaron a la primera tienda y pecamos de inocentes, mira que sabíamos de que iba la historia, pero entre que era bien pronto y que nos metieron en una mini tienda de telas nos despistamos y no supimos interpretar nuestro papel.
La pregunta de los indios que la regentaban fue tan directa que la respuesta nos salió del alma. Tal cual entramos nos preguntaron si queríamos comprar telas y se nos escapó un ¡NO! al unísono. Nos invitaron amablemente a abandonar la tienda y en consecuencia no hubo ticket de gasolina para el tuk tuk.
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Gran Buda, 32 metros de altura. |
El mosqueo que se pilló el tuktukero fue importante aun tratando nosotros de explicar que nosotros no habíamos hecho nada y que directamente nos habían dicho ellos que ahí no había nada para comprar nosotros.
Dio igual, cuando nos dimos cuenta ya estábamos en la zona de Khao San – Rambuttri y el tuktukero hablando con unos de los cabecillas que organiza a los tuktukeros de la zona diciéndole que la excursión se había acabado y nosotros poniendo nuestra mejor cara de póquer (por no decir de pardillos) y diciendo que no sabíamos que pasaba. Por un momento nos vimos pagando los 300 baths, de hecho creo que nos libramos de pagar por ir con Magec ya que entre los dos tuktukeros (el chófer y el cabecilla) había bastante tensión.
Pasado el mal rollo inicial y después de tomarnos un batido de fruta para quitarnos el mal sabor de boca pasamos al plan B. Nos vamos a ver el Wat Po y/o el Wat Arun.
Para llegar hasta allí elegimos como medio de transporte las barcazas del río Chao Praya y así matamos tres pájaros de un tiro (él más difícil todavía) viendo el río que es una parte importante de la ciudad, navegando por él y haciendo la visita a los templos.
Dirigiéndonos al embarcadero nos intentaron hacer uno de los timos más clásicos de Bangkok, el de los templos cerrados.
Nos salió al paso un hombre bien vestido y muy amable, con un inglés bastante correcto, diciéndonos que era profesor y que le encantaban los niños y qué a donde íbamos. Al escuchar nuestra respuesta nos dijo que íbamos mal, que mejor en la otra dirección, justo hacia donde iba él. Respuesta nuestra, vamos a ir en barca así que vamos bien por aquí… él insiste, que si el Wat Po esta cerrado porque hay una ordenación de novicios y no se puede visitar. Nosotros que no pasa nada entonces iremos al Wat Arun… él que en el Wat Arun hay no se que otra historia y que hoy abre a partir de las 15 horas. Yo ya un poco cansado le digo que da igual, le enseño la cámara y le digo que haré fotos por fuera que hay buenas tomas… y él que no se da por vencido y nos dice que las barcas son mínimo 800 baths que mejor nos para un taxi para que nos lleve… y a mi ya que se me acaba la paciencia y le digo que no insista, que no es mi primera vez en la ciudad y que las barcazas de bandera naranja valen 15 baths por persona y que ahí que nos vamos, ciao fin de la conversación.
Poco más y le faltó decirnos mientras nos íbamos que hubiésemos empezado por ahí y no le hiciésemos perder el tiempo. En fin… pobre al que pillen desprevenido porque lo tendrán dando vueltas por la ciudad cobrándole lo que quieran por los taxis y las visitas a donde le lleven.
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Llegando al embarcadero en Chao Praya |
Junto a estos timos una de las mayores preocupaciones durante los viajes es que te roben. Si alguna vez te pasa y quieres saber como actuar puedes leer el siguiente enlace: Qué hacer si te roban en un viaje
También puedes empezar a preparar tu viaje leyendo la siguiente entrada:
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Cogimos la barca después de pagar nuestros 15 baths, hay que comprar el ticket antes de subir, y empezamos la travesía por el río en dirección a la zona de los templos. Llegando a la zona del Wat Arun se podía ver toda la torre principal llena de andamios, yo no se si es una obra eterna tipo la Sagrada Familia o que tengo mala suerte porque en el 2010 estaba igual. Todo andamiado.
Ante esa situación decidimos ir primero al Wat Po y ya luego veríamos si cruzábamos o no el río para ir a ver el Wat Arun, ya que comparten parada de ferry, la número ocho o muelle de Than Tien Pier, lo que para el Wat Arun hay que coger luego una barquilla que cruza hasta la orilla opuesta.
Hay que decir que el Wat Po realmente se llama Wat Phra Chetuphon Vimolmangklararm Rajwaramahaviharn, que es el nombre del recinto donde de halla todo el conjunto de templos, siendo el más famoso el Wat Po y el que le da su denominación popular, Wat Po o Templo del Buda Reclinado.
El nombre tiene razones obvias, su reclamo es una enorme imagen de Buda reclinado de 46 metros de largo y 15 de alto. No obstante todo el complejo se merece una visita ya que hay multitud de maravillosos rincones donde perderse y además dentro de sus instalaciones se encuentra la Escuela de Medicina y Masaje Tradicional Thai que es la escuela de masajes con reconocimiento del Ministerio de Educación más antigua del país.
La entrada al recinto cuenta 100 baths e incluye una botella de agua fresca que se agradece enormemente. El Wat Po que es la principal atracción nos lo encontraremos nada más entrar al recinto. Esta vez aparte de estar los pies en reformas era exagerada hasta el agobio la afluencia de público (apenas pudimos hacer fotos), recomendamos o bien ir a primera hora o intentar que coincida casi a última. La visita al recinto no lleva más que unos 15-20 minutos pero si hay que hacerse sitio a codazos pierde una parte importante del atractivo la visita.
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Buda Reclinado. La cabeza es lo primero que uno ve al entrar. Impresiona. |
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Imagen del 2010: Buda reclinado, desde el final del templo. |
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Imagen del 2010: Los grabados de los pies. Esta vez estaban en proceso de restauración |
El resto de complejo si requiere o permite una visita más amplia. A destacar las estupas del complejo, algunas de hasta 40 metros de alto y todas ellas adornadas con llamativos mosaicos. Los gigantes de piedra que hay distribuidos por el complejo y que son estatuas que fueron usadas por los mercantes chinos como lastre, los porches con innumerables representaciones de Buda y la sucesión de zonas ajardinas donde sentarse bajo la sombra de un árbol y entretenerse observando las carpas de sus muchas fuentes.
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Porches llenos de Budas |
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Grandes estupas y los gigantes de piedra |
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Love is in the air |
A la salida de la visita decidimos volver andando hacia Khao San para pasar por delante del Palacio Real y ver si entrábamos o no, pero la cola de turistas chinos (y no chinos) daba miedo así que rápidamente lo descartamos y seguimos nuestra ruta a pie rumbo a Khao San atravesando el parque de Sanam Luang donde había una especie de festival organizado por la Chang, o por lo menos era uno de sus patrocinadores principales, y donde si no hubiese sido por la amenaza de las nubes que nos acechaban hasta hubiésemos visto un combate de Muay Thai.
Viendo la que se nos venia encima empezamos a caminar, aunque al final dio igual y nos pilló de lleno la lluvia llegando calados hasta los huesos a nuestro alojamiento en Rambuttri.
Y aquí dimos por finalizada nuestras visitas culturales por Bangkok. Yo los templos ya los tenía vistos de un viaje anterior y al resto del equipo no le interesaba especialmente demasiado este tipo de visitas así que el día que nos quedaba de viaje …
Martes, la despedida:lo íbamos a dedicar a pasear tranquilamente por las calles de los alrededores y a hacer las últimas compras, en especial fruta que nos trajimos unos cuantos kilos entre rambután, longam, mangostán y tamarindos.
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Street Art en Bangkok |
Como último detalle que nos dio un plus el último día fue descubrir una panadería de las de verdad, Konnichipan, bastante cerca de Rambuttri, con su pan recién horneado y una gran variedad de dulces.
Después de un mes de comer y desayunar sin pan, salvo alguna rebanada de molde lo agradecimos bastante, en especial Magec que para desayunar directamente se pidió un pan crujientito y a media mañana todavía nos pidió volver de nuevo a la panadería a por más.
El resto ya es historia previsible, coger una furgoneta compartida por 150 baths al aeropuerto, trámites de facturación, unas cuantas horas de aviones y esperas en aeropuertos hasta llegar a Gran Canaria y empezar a tratar de sobrellevar la “depre postvacacional”.
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