Son más de una docena de veces las que habremos podido visitar Lanzarote y todavía no nos habíamos sentado a escribir nada sobre la Isla, por lo menos para este blog, una deuda que llegó el momento de liquidar. Quizás hemos tardado tanto porque no nos apetecía escribir el típico post sobre “Qué ver en Lanzarote”. Aunque, lógicamente, también vamos a hablar de ello aquí. Pero lo vamos a hacer de una manera diferente, vamos a irnos de paseo por Lanzarote visitando algunos de los lugares donde se desarrolla la leyenda de la Princesa Ico, hija de Zonzamas, uno de los últimos reyes Majos.
NOTA: Cualquier parecido de este texto con la realidad es casi pura coincidencia. No hemos pretendido construir un relato histórico, simplemente una forma diferente de acercarnos a la isla para que el turista sienta la curiosidad, al visitar Lanzarote, de conocer algo más que sus playas, centros turísticos y paisajes volcánicos. Si quieres profundizar en la historia que te vamos a relatar te recomendamos leer los libros “Ico. La princesa Blanca” de Emilio González Déniz y “Leyendas y mitos de las Islas Canarias” de Manuel Mora Morales, así como ver el vídeo adjunto al final de todo el texto.
Qué ver en Lanzarote. Un recorrido a través de sus leyendas.
Si bien la conquista de Lanzarote por las tropas de la Corona de Castilla se sitúa a principios del s.XV, la isla era ya conocida por los navegantes, muchos de ellos piratas, desde la antigüedad. Se cree que fenicios y romanos habían hecho sus incursiones por el archipiélago, aunque fue a principios del s.XIV, cuando el navegante genovés Lanceloto Malocello la renombró en su honor para derivar con el tiempo a tal como la conocemos, Lanzarote.
La historia que te vamos a contar nace en unas de estas idas y venidas de navegantes que llegaban a Lanzarote en busca de provisiones y esclavos para proseguir sus aventuras.
Allá por el año 1337, el navegante vizcaíno Martín Ruiz de Avedaño, atrapado en una tormenta, llegó a las costas de Lanzarote, llamada Titte-Roy por los aborígenes.
Conociendo los desmanes realizados por otros navegantes en la isla intuía, o más bien temía, que no sería bien recibido por la población local. Desembarcó dando claros síntomas de que lo hacía en son de paz y el rey Zonzamas, que había estado observando desde una atalaya toda la maniobra, mandó que fuese conducido a su presencia, donde le indicó que era bien recibido y que podía permanecer el la isla el tiempo que considerase necesario para reparar su embarcación, que no temiese, ya que desde ese mismo instante él y los suyos se encontraban bajo su protección.
Llegados a este punto toca hacer el primer inciso en esta historia. Nosotros, por la ubicación del poblado de Zonzamas entre las llanuras de las actuales poblaciones de Tahiche y Teguise, podemos aventurar o suponer que el desembarco de Avedaño se produjo en la costa de Arrecife, la capital lanzaroteña.
Como turista, a tu paso por Arrecife, no puedes dejar de visitar la Playa del Reducto, una de las mejores playas para estar con niños que podrás encontrar en la Isla. ¿Será realmente aquí donde llegó Avedaño?
Ya que hemos entrado a Arrecife podemos aprovechar la visita y ver algo más que la Playa del Reducto. Dando un agradable paseo por el barrio de San Ginés podemos acercarnos a la recientemente inaugurada Casa de la Cultura Agustín de la Hoz (sept’17), uno de los mejores ejemplos de la arquitectura señorial que se dio en la isla durante el transcurso del s.XIX y donde podremos disfrutar de una excelente muestra de artistas locales, destacando entre ellos, como no, el célebre artista César Manrique.
Muy próxima a la Casa de la Cultura llegamos a donde realmente os queríamos traer con este pequeño paseo por Arrecife, el Castillo de San Gabriel. Situado en un islote cercano a la costa y unido a ella por el característico “Puente de las Bolas”, alberga a día de hoy el Museo de Arqueología e Historia de Arrecife. Una visita imprescindible para comprender el contexto histórico de todo lo que vamos a ir viendo durante nuestra visita a Lanzarote.
Si queremos alargar un poco la jornada, próximo a la zona de Puerto Naos, encontramos el Castillo de San José, sede actual del MIAC, Museo Internacional de Arte Contemporáneo.
Volvamos a la historia de Zonzamas.
El rey Zonzamas después de recibir a Avedaño, una de las primeras cosas que hizo fue presentarle a su mujer, la joven Fayna, de la cual estaba tremendamente orgulloso.
Martin Ruiz de Avedaño no pudo evitar quedarse prendado de la belleza de la joven reina y Fayna, acostumbrada como estaba a los rasgos de sus congéneres, tampoco pudo evitar sentirse en cierto modo atraída hacía el extranjero, aunque más bien fue una atracción hacía lo desconocido, fruto en parte de su gran curiosidad por conocer sobre todo lo que le resultaba ajeno.
Al estar el rey Zonzamas la mayor parte del tiempo ocupado con las obligaciones propias de su cargo, Fayna fue principalmente la responsable de atender al extranjero. Rápidamente la confianza en ambos fue creciendo, el tiempo que pasaban juntos era cada vez mayor y sus frecuentes paseos cada vez más largos, llegando incluso hasta la costa y paseando por sus playas.
Estos paseos seguramente se extendían hasta lo que hoy en día sería la playa de Guacimeta, entre los pueblos de Playa Blanca y Puerto del Carmen.
Guacimeta es una extensa playa que resulta de lo más curiosa, ya que su proximidad al aeropuerto hace que en uno de sus extremos uno tenga la sensación de que tan solo con estirar el brazo sería capaz de acariciar la panza de los aviones en sus aterrizajes.
Quien sabe si también esas largas jornadas de paseos y confidencias se alargasen hasta lo que hoy serían las playas de Puerto del Carmen. Playa Grande y Playa Chica. Sus nombres dejan poco lugar a la interpretación.
Ambas son excelentes playas para disfrutar de la isla de Lanzarote en familia. Playas de bandera azul con todos los servicios necesarios para pasar un perfecto día de playa, aunque si a nosotros nos hicieses elegir una, nos quedamos con Playa Chica.
Playa Chica es realmente un espacio acotado, dentro de Playa Grande, por dos arrecifes naturales que la protegen del oleaje y donde, a su alrededor, se ha creado un rico ecosistema que permite disfrutar del mundo submarino con total tranquilidad. De hecho, Playa Chica se ha convertido en una de las inmersiones destacadas de Lanzarote para los submarinistas titulados, aunque el no tener titulación no te impedirá disfrutar de la vida que alberga, ya que simplemente con gafas y tubo encontrarás mucho a ver.
Retomando el hilo de la relación entre Martin Ruiz de Avedaño y la joven Fayna, esta empezaba a levantar las suspicacias entre la población local, creyendo que iba más lejos que un simple trato de cortesía y amistad entre ambos.
Zonzamas confiaba totalmente en su bella esposa, pero no por ello dejaba de estar preocupado al saberla el centro de los rumores en su poblado. Preocupación que se hacía extensible a Avedaño y Fayna, ya que entendían que quizás su relación los acabaría poniendo en problemas a ambos.
Para evitar males mayores, estando ya la embarcación de los extranjeros reparada, Martin Ruiz de Avedaño decidió que había llegado el momento de abandonar la isla y seguir con su aventura.
La vida en la aldea continuó con total normalidad y aunque la reina Fayna se encontraba triste por la marcha del extranjero pronto hubieron motivos de alegría. Fayna estaba esperando un hijo, hecho que propició la alegría de Zonzamas, un nuevo vástago en su familia que se añadiría a los que ya tenía de anteriores esposas.
La noticia y la alegría corrió por todo el poblado, incluso llegando estos a olvidar la extraña relación que había mantenido la reina con el extranjero.
Esa alegría duro poco, llegó el momento del nacimiento del pequeño, una niña en este caso, a la que llamaron Ico. Pero Ico no era morena y de tez oscura como los demás, era rubia y de piel blanca. Era Ico, la princesa blanca.
Este hecho provocó de nuevo el recelo de la población, aunque no les quedó más remedio que tratar a Fayna con respeto ya que era la esposa del Rey y este, además, había reconocido a Ico como su propia hija.
El Consejo de Sabios, reunidos en el tagoror, decidió que no valía la pena discutir más sobre este asunto, ya que la princesa Ico no tendría acceso al trono al tener a sus dos hermanos, Tiguarfaya y Guanarame, prioridad para suceder al rey.
La vida en la isla de Lanzarote continuó, el poblado de Zonzamas siguió creciendo y siendo el más importante de la isla, gracias a su ubicación, en los fértiles valles de la zona de Tahiche, donde a día de hoy se sigue cultivando en el mismo lugar donde lo hacían los antiguos majos.
Si pasas por la zona del poblado, donde todavía se pueden observar algunos de los restos de las casas hondas que habitaban, se puede apreciar perfectamente las extensas zonas de cultivo que dominaban.
Ya que te has acercado hasta el lugar, no puedes dejar de visitar la Fundación César Manrique, situada en el mismo Tahiche. Una sorprendente construcción emplazada en medio de las coladas de las erupciones del s.XVIII y que aprovecha cinco burbujas de lava como estancias habitables.
Si quieres conocer más sobre la obra de Manrique también es interesante visitar la Casa del Palmeral, situada en Haría, el valle de las mil palmeras.
La situación del poblado de Zonzamas no solo era destacada por sus fértiles tierras, si no que, al estar en el centro de la isla de Lanzarote, bastaba con subirse a alguna de las lomas cercanas para tener controlada la costa y avistar las naves invasores, cuyas incursiones en busca de esclavos eran cada vez más frecuentes.
Un ejemplo de estas atalayas de vigilancia lo podemos ver bien próximo, muy cerca del poblado y con una excelente vista de la costa este nos encontramos con la zona de “las queseras”. Una extraña formación excavada en la roca volcánica con una función incierta, seguramente ceremonial, y con varios grabados rupestres en las rocas de las peñas contiguas.
Otra de las zonas de vigilancia, desde donde se controlaba toda la zona norte, se hallaba en lo alto del risco de Famara, donde hoy podemos encontrar el Mirador del Río. Un pequeño complejo integrado en la roca que nos ofrece unas magníficas vistas sobre la cercana isla de La Graciosa, sin duda, una extensión a la visita de Lanzarote de lo más apetecible.
La costa norte también se podía vigilar desde el extinto volcán de Guanapay, lugar donde la reina Fayna pasaba gran parte de sus tristes días, situado en lo que hoy sería la misma Villa de Teguise y desde donde se podía controlar tanto la costa norte como la oeste.
Esta estratégica situación hizo que una vez ya conquistada la isla, se construyese en su cima un pequeño castillo, el Castillo de Santa Bárbara, sede hoy del Museo de la Piratería.
Ya que hemos mencionado la Villa de Teguise, vamos a hablar un poco de ella y sus alrededores.
En Teguise se celebra cada domingo el mercadillo más importante de todos los que se pueden ver en Lanzarote. Asistir a él es una excelente oportunidad de ver como trabajan algunos de los artesanos de la isla, así como probar la excelente gastronomía majorera. El mercadillo se desarrolla en un ambiente festivo, amenizado con música en directo en varias terrazas, ideales para tomar un pequeño refrigerio antes de seguir nuestra ruta.
Si prefieres estar en un ambiente más relajado, o tu visita no coincide en domingo, muy próximas a Teguise tienes dos estupendas opciones.
En Nazaret puedes visitar la casa museo de Lagomar, una intervención arquitectónica ideada por César Manrique y posteriormente desarrollada por uno de sus más próximos colaboradores, Jesús Soto. Un conjunto arquitectónico perfectamente integrado en la naturaleza y que debe su fama, en parte, a que uno de sus antiguos propietarios había sido el ilustre actor Omar Sharif.
En sus instalaciones hay un restaurante chill-out, aunque sus precios podríamos decir que son algo elevados. Si la economía te lo permite, adelante, es un experiencia única. Si prefieres algo más modesto y con menos glamour, aunque no por ello menos respetable, a nosotros nos encanta ir a comer a alguno de los “teleclubs” de la isla, y en Nazaret hay uno de los más característicos.
Si por el contrario prefieres un ambiente más marinero, no puedes dejar de visitar Caleta de Famara. Uno de los pueblos con más encanto de todo Lanzarote. Sus calles sin asfaltar cubiertas de arena dorada te harán creer que has retrocedido medio siglo y su playa, una de las más salvajes de la isla, se ha convertido -junto a las de Tinajo- en uno de los spots más asiduos por los surferos de todo el archipiélago y de buena parte del viejo continente.
Como ya hemos comentado antes, volviendo a la historia de nuestros protagonistas, las incursiones piratas eran cada vez más frecuentes. Si bien al principios llegaban en un número que se les podía repeler, pronto empezaron a llegar flotas más grandes que causaban muchas bajas en las batallas.
Zonzamas era ya mayor y no podía dirigir a sus guerreros, así que dejó el mando en manos de su hijo Tiguarfaya, quien después de varias victorias y viendo que las bajas aumentaban haciendo presagiar pronto una derrota, decidió cambiar de estrategia.
Pasaron a jugar al escondite cuando llegaban los extranjeros ocultándose en alguno de los muchos tubos volcánicos que hay en la isla, esperando que estos se aprovisionasen con lo poco que encontraban, ya que la comida era también escondida y, aburridos, abandonasen la isla.
Esa estrategia les resultó varias veces durante años, pero siendo ya rey Tiguarfaya tras la muerte de Zonzamas, en una de las incursiones los piratas no parecían tener ninguna intención de marchar. No les quedó más remedio que afrontar la realidad y tras reunir a sus mejores hombres -y algunas mujeres, entre ellas su esposa- salieron a la batalla. Batalla que acabaron perdiendo, resultando apresados para ser vendidos posteriormente como esclavos.
A día de hoy estos tubos volcánicos donde se escondían los majos se pueden visitar, siendo el más conocido y el más accesible el que proviene del “Volcán de la Corona”. En él se encuentran dos de la visitas catalogadas como imperdibles dentro de las cosas que hay que ver en Lanzarote.
La Cueva de Los Verdes. Aquí era donde se escondían y guardaban la gran mayoría de los alimentos para resistir a las incursiones piratas. Visitable a día de hoy gracias a la intervención del artista lanzaroteño Jesús Soto, donde a través de un juego de luces y sombras nos va guiando por esta galería subterránea que esconde algunos de los secretos mejor guardados de la isla de Lanzarote.
Si vas a visitarla con niños debes tener en cuenta que no es accesible con carrito de bebé, así que una mochila ergonómica sería ideal para visitarla, al igual que en la siguiente parte de este tubo volcánico que puedes ver.
Los Jameos del Agua. Esta transformación fue ideada por César Manrique. Una obra que conjuga en perfecta armonía la intervención de la mano del hombre en la naturaleza. Un impresionante pasadizo ya casi a nivel del mar, donde entre otra muchas cosas, podrás ver a los cangrejos albinos. Unos cangrejos minúsculos y ciegos que son una especie única y uno de los endemismos más extraños que podrás ver en Lanzarote.
Este mismo tubo es visitable por otros accesos, aunque necesitarás conocimientos técnicos, material específico y aptitudes físicas para poder hacerlo.
Sea de forma convencional, visitando la Cueva de Los Verdes y los Jameos del Agua, o realizando una visita más de aventura; poder ver y tocar las entrañas de la Tierra es una experiencia única.
Finalizadas estás visitas a nosotros no se nos ocurre nada mejor que te acerques a Arrieta o Punta Mujeres, donde podrás darte un baño en su playa o sus piscinas naturales y, especialmente, reponer fuerzas degustando los productos del mar que se sirven en estas dos villas marineras.
Retomamos el hilo de nuestra historia…
Con la captura de Tiguarfaya y su esposa Lanzarote se había quedado sin Rey y sin heredero.
Llegó el turno pues de su hermano Guaraname, el cual no tenía esposa. Este hecho contrariaba a los sabios del Consejo, no querían que corriese la misma suerte de su hermano y la isla volviese a quedar sin rey ni heredero.
Discutieron sobre el asunto y, sabedores de que Ico no era realmente su hermana, decidieron que se casase con ella; y así, la princesa Ico, pasó a ser la reina de Titte-Roy.
Rápidamente Ico dio un hijo a Guaraname, al que llamaron Guadarfía, cerrándose así el círculo que habían dispuesto los consejeros.
Los años fueron pasando con cierta tranquilidad, dentro de lo que se podía llamar tranquilidad en aquellas épocas. Algunas incursiones piratas, años de buenas cosechas, otros de cosechas malas, sequías, tiempos de excelentes lluvias y, otra vez, un fenómeno que tenían olvidado, las erupciones volcánicas que cambiaban la fisonomía de la isla.
Estas erupciones se podían considerar las precursoras de las grandes erupciones de los s.XVIII y XIX (años 1730 al 1736 y año 1824) y que cambiaron para siempre el paisaje, creando el mayor punto de interés científico y turístico que a día de hoy se puede ver en Lanzarote.
El Parque Nacional de Timanfaya. Una de las visitas imprescindibles de Lanzarote.
Sus 51 Km2 son el fruto de los ciclos eruptivos antes mencionados y que dejaron un paisaje formado por más de 25 conos volcánicos y más propio del planeta Marte que de la Tierra.
Fue declarado Parque Nacional en el año 1974 y a día de hoy es uno de los más importantes parques nacionales del estado español, tan solo superado en número de visitas por el vecino Parque Nacional del Teide en la isla de Tenerife y por el Parque Nacional de los Picos de Europa en la zona norte de España.
Debido a su importancia científica la mayor parte de Timanfaya es inaccesible. Tan solo se puede visitar una pequeña zona, recorriéndola en autobús, previo pago; donde podremos observar a través de algunas pequeñas demostraciones la actividad vulcanológica todavía latente. Ver la aulagas arder espontáneamente, un géiser en acción o la parrilla del fabuloso restaurante diseñado por César Manrique, donde se cocina gracias al calor que emana de la tierra, nos recordará que pisamos una isla joven y viva, donde cualquier día las fuerzas de la Tierra pueden volver a cambiar lo que durante tantos años nos hemos acostumbrado a ver y pisar.
Otra de las formas de poder visitar el parque y adentrarse en sus terrenos más allá de lo que la visita turística permite es a través de los senderismos guiados que realiza el propio personal del parque, esta actividad se realiza bajo reserva previa y con unas plazas muy limitadas, así que si tu intención es probar fortuna para conseguir una de las plazas no te despistes y hazlo cuanto antes.
Si no consigues plaza pero te apetece tener la experiencia de caminar entre volcanes, no te desanimes, todavía te queda una opción, y es que volcanes no solo hay en el parque. Una vez se acaban sus límites tienes el Parque Natural de los Volcanes, que al gozar de menor protección es perfectamente transitable y ahí si podrás caminar entre volcanes e incluso subir al cráter de alguno de ellos.
Estas erupciones destrozaron cosechas y aniquilaron las zonas de cultivo para siempre, provocando épocas de penurias entre la población local, que se vio obligada a agudizar el ingenio y cambiar la forma de entender la agricultura para poder seguir subsistiendo.
Este cambio en la forma de cultivar fue dando paso poco a poco a otro de los paisajes más característicos, sorprendentes y fotogénicos que se pueden ver en Lanzarote, el Paisaje Protegido de La Geria; un peculiar sistema de cultivo de vides que ha dado lugar a uno de los caldos blancos más cotizados de España, y sin ser ningún experto, casi que me atrevería a decir que de Europa. Si te gustan los vinos semidulces o dulces aquí encontrarás, gracias al refinado trato que se le da a la peculiar uva malvasía, auténticas delicatessens.
Las bodegas más famosas y turísticas son las populares de El Grifo y La Gería, donde además se ofrecen visitas guiadas con degustación, pero hay muchas más, siendo una de nuestras preferidas las Bodegas Rubicón.
Finalizadas estas visitas y después de haber sentido de cerca el calor de los volcanes quizás sea el momento de darnos un refrescante baño.
Tres opciones se nos plantean aquí.
Podemos acercarnos a ver el Charco de los Clicos, popularmente conocido como el Charco Verde, donde quedaremos impactados ante el contrate de colores que nos ofrece la zona.
Si somos de espíritu aventurero y un poco todoterrenos, podemos ir a explorar la acantilada zona sur de Lanzarote, en busca de los charcos que se han ido formando con las diferentes coladas de lava que han ido llegando hasta la costa. Hay algunos realmente espectaculares.
Si preferimos estar más relajados, no podemos irnos de Lanzarote sin ver la mejor zona de playa de toda la isla. El Monumento Natural de los Ajaches, conocido por todo el mundo como “La Playa de Papagayo”.
El acceso a la zona en vehículos a motor es de pago, 3 euros, siendo habitual que a partir de media tarde se deje de cobrar. Encontraremos aquí una sucesión de pequeñas calas de arena dorada y agua cristalina que son una auténtica maravilla.
La más popular de ellas es la de Papagayo, pero el resto tampoco tienen nada que envidiarle. Caleta del Congrio, Puerto Muelas, de la Cera o la de las Mujeres. Todas espléndidas.
Ese parque es famoso por sus playas, pero se extiende de la costa hasta el pequeño pueblo de Femés, donde se pueden encontrar algunos de los quesos más ricos que hay en la isla. Femés es punto de partida para algunas rutas de senderismo que serpentean por las peñas más altas, donde se pueden encontrar algunos grabados prehispánicos, para luego bajar hasta la costa y finalizar el día con un tonifante baño y disfrutando de uno de los mejores atardeceres que se pueden ver en Lanzarote.

Volviendo a la historia y ya para finalizar…
Nos habíamos quedado prácticamente en el nacimiento de Guadarfía, hijo de Guaraname e Ico.
Con el paso de los años Guadarfía fue creciendo y transformándose en un poderoso guerrero, respetado por su pueblo y temido por los extranjeros que iban llegando. Con la fuerza descomunal que demostraba en sus acciones y el buen hacer que le caracterizaba todo el mundo estaba convencido en que se convertiría en un gran rey cuando faltase su padre.
Y ese triste momento llegó, Guaraname falleció.
El Consejo de Sabios siguió el procedimiento habitual y tras los funerales de Guaraname proclamaron a Guadarfía el nuevo Rey de Titte-Roy.
Todo el poblado estalló en júbilo salvo una persona, Aschen, primo de Guaraname, que había acumulado ciertas cuotas de poder durante su reinado gracias a su labor como cabecilla de los guerreros que custodiaban la costa y repelían las invasiones.
Aschen alzó la voz durante la proclamación del Rey diciendo y casi exigiendo que esa corona debía ser para él, ya que Guardafía no podía ser rey. Ante la sorpresa de todos los allí presentes recordó que Ico no era hija de Zonzamas, si no de un extranjero y que por lo tanto su hijo no podía ser rey.
A punto de llegar a las armas entre las dos facciones se pidió la intervención del Consejo, y estos que no querían tomar partido para no enemistarse con ninguno de los dos posibles reyes decidieron pedir una prueba de vida, pero no al rey, si no a su madre, a Ico.
El consejo de Sabios se pronunció. Ico debía entrar a una cueva acompañada de algunas de sus doncellas y a la entrada de la misma se prendería una hoguera, dirigiendo desde fuera el humo hacía el interior de la cueva. Si Ico mantenía el favor de los dioses sobreviviría y esto indicaría que su hijo era el rey legítimo.
Así se hizo, entraron las doncellas a la cueva, y cuando lo iba a hacer Ico se le acercó su más fiel y anciana sirvienta, que ya lo fue de su madre, y dándole un fuerte abrazo le deseo la mejor de las suertes.
La hoguera prendió y pasaron los minutos, desde dentro de la cueva se oían los lamentos. Terribles lamentos.
Una vez apagado el fuego entraron a la cueva a ver el resultado de la prueba y pronto encontraron los cuerpos de las doncellas inertes en el suelo, su cara reflejaba el pánico que habían vivido en sus últimos minutos, cuando de pronto entre las sombras vieron a Ico aparecer, con la cara transformada por el sufrimiento, totalmente llena de hollín, pero viva.
Ico salió altiva de la cueva, acompañada de los sabios, y dirigiéndose a su hijo se postró ante él jurando leatad al Rey. Los sabios mirando a Aschen, asintieron y este siguió los pasos de Ico para prometer fidelidad y respeto al nuevo Rey.
Todo el mundo en ese momento dio por falsos los rumores que siempre habían acompañado a Ico y su madre Fayna, si lo dioses la habían protegido estaba claro que era falsos y era hija legitima del antiguo rey Zonzamas.
Lo que nadie sabia, salvo Ico, es que cuando su anciana sirvienta la abrazó, no lo hizo solo para desearle suerte. Durante el abrazo le dio una esponja de mar empapada en agua, indicándole que respirara a través de ella, siendo así la única forma de que hubiese alguna posibilidad de sobrevivir a tan cruel prueba.
Y así nació la leyenda de Ico, la princesa blanca.
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Me ha parecido un trabajo verdaderamente extraordinario desde un punto de vista turístico.
Sacaré una copia para reproducirla cuando venga por aquí algún foráneo que piense ir a Lanzarote.
Desde otro punto de vista, al reflejar las bellezas de la isla, llevan a cabo la apasionante tarea de hacer patria-
Un abrazo muy fuerte con mi enhorabuena y gratitud, como canario, por lo último que digo.
Y en cuanto ala historia de la princesa ICO, que no la conocía, me ha apasionado también
Sinceramente,
LORENZO OLARTE CULLEN.
Vaya Lorenzo, que amable con sus palabras. A veces, cuando escribimos textos que dejan quizás un poco de lado la vertiente más práctica de la información, siempre nos surge la duda si van a llegar a conectar con el lector. Comentarios como el suyo son una inyección de energía positiva que nos hace ver que ponerle emoción a lo que escribimos y hacer algún post diferente bien vale la pena. Muchas gracias de nuevo por pasarse por aquí y dejarnos este comentario lleno de energía positiva y que nos ayuda a seguir adelante. Un afectuso abrazo por nuestra parte también.