El Pinar de Tamadaba, enclavado en el Parque Natural de Tamadaba, es uno de los rincones más especiales de la Isla de Gran Canaria, por lo menos para mí. Protagonista de muchas acampadas, vivacs bajo cielos estrellados, escaladas de todos los niveles, barrancos escarpados que se prestan a descensos vertiginosos, pateos varios, risas, cenas de laterío y otras más elaboradas, espectaculares puestas de sol donde el cielo se transforma en fuego y muchos buenos momentos acompañados de buen vino y mejor compañía.

El Pinar de Tamadaba es un lugar apto para todos los públicos, se puede pernoctar en la zona de acampada de los Llanos de la Mimbre (1050 msnm aprox) solicitando el correspondiente permiso de acampada al Cabildo de Gran Canaria. Hay baños, zonas de asaderos y mesas en el Lomo Caraballo donde poder pasar el día y para las caravanas y campers zona donde depositar las aguas blancas y negras.
La flora predominante en el lugar como su nombre indica es el Pino Canario acompañada de un sotobosque de brezos, olivillos, aceviños y multitud de helechos y en cuanto a la fauna lo más destacado seria el picapinos (pájaro carpintero) y el pinzón azul aunque también se pueden observar aguilillas, cernícalos y en menor medida cuervos.
Senderismo al Pico de la Bandera
Este camino nosotros lo iniciamos desde la zona de acampada deshaciendo la pista de acceso a la misma. Se puede ir también por un sendero que sale desde la zona de los baños y que nos conduce hasta la Fuente del Reventón (inutilizada hoy en día) lo único que la última parte de este tramo el sendero se pierde o no queda muy claro y hay que hacer un poco de campo a través. La distancia por ambas variantes (1 km aprox) es muy similar y hasta la casa de los Guardas Forestales nos llevará aproximadamente el mismo tiempo.

Una vez llegado a la Casa Forestal debemos tomar un sendero que sale a nuestra izquierda, esta perfectamente señalizado, y que nos dejará en poco más de 1 km en el Pico de la Bandera. Este sendero es bastante estrecho y cerrado por la vegetación al principio pero a mitad de camino llega a una degollada donde se abre y ya se deja intuir el cúmulo rocoso que forma el Pico de la Bandera.

Llegados a la zona de cumbre solo faltaría subir al pico para ganar la altura máxima. Nos encontraremos con dos formaciones rocosas, el Pico de la Bandera es la más próxima a la caseta de vigilancia de los guardas y es fácilmente identificable por tener un vértice geodésico en su cumbre y que marca los 1444 msnm.




Para el descenso podemos deshacer el mismo camino o seguir avanzado por el sendero rodeando el Pico y dejando la caseta de vigilancia a la izquierda, a los pocos metros tendremos otra gran panorámica que nos permitirá ver El Hornillo con sus presas.

Siguiendo el camino desde el Pico de la Bandera llegaremos en 1 Km a la degollada de los Chiqueritos, donde o bien giraremos a la izquierda para llegar a la Casa Forestal o continuaremos recto como hicimos nosotros para salir a la carretera asfaltada de acceso al Pinar, que cruzaremos recto para seguir por otro sendero que se inicia en ese punto y nos dejará en el área del Lomo Caraballo (1 km) y desde ahí solo nos faltará deshacer la primera pista por donde iniciamos el camino para llegar a Los Llanos de la Mimbre en poco menos de otro kilómetro.
El total del recorrido son unos cinco kilómetros y en tiempo pues el que uno quiera, con paciencia un niño puede hacer todo el recorrido caminado sin problemas ya que salvo un pequeño repecho en la subida y otro en la bajada los desniveles son bastante suaves. Todos los cruces están muy bien señalizados y no hay pérdida posible.

Aún siendo un recorrido corto hay que contar con llevar algo de abrigo pues gran parte del Pinar de Tamadaba cae hacia la vertiente norte de la isla que esta sometida a la influencia de los vientos alisios e incluso en verano es fácil que de la nada suba el mar de nubes adentrándose en el Pinar y haciendo que baje la temperatura unos cuantos grados. Y lógicamente agua y comida al gusto como para cualquier caminata.
Y si alargan la jornada no duden en acercarse a la zona de “El Fin del Mundo” para observar lo que seguramente sea una de las mejores puestas de sol de toda la Isla.

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